Bloque 1.- La Península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda (711).
1.1.- Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre.
Dentro de la Prehistoria (periodo de tiempo anterior a las fuentes escritas) el periodo más antiguo lo denominamos Paleolítico (Edad de la Piedra Antigua). En el Paleolítico Inferior (1.350.000 - 130.000 BP) y en la Península Ibérica los homínidos más antiguos encontrados hasta ahora han sido el Homo Erectus (yacimientos de Torralba y Ambrona en Soria) y en la famosa excavación de Atapuerca (Burgos), el Homo Heidelbergensis y el Homo Antecessor. Este último es de especial importancia, pues se ha considerado el “eslabón perdido” del proceso de hominización. La economía de todos ellos era depredadora o cazadora- recolectora y su sociedad nómada. Dominaban el fuego y destacan las hachas achelenses. No hemos encontrado manifestaciones artísticas ni religiosas.
En el Paleolítico Medio (90.000 – 30.000 BP) aparece el Hombre de Neanderthal (craneos de Gibraltar etc). Con su cultura Musteriense y con prácticas que denotan creencias religiosas.
Ya en el Paleolítico Superior (90.000 -8.000 BP) aparece nuestra especie, Homo Sapiens Sapiens o Hombre de Cromagnon. Su economía sigue siendo depredadora pero tienen una industria lítica refinada y diversa, creencias religiosas y arte. El arte rupestre se concentra en dos zonas. La más antigua es la zona cantábrica (Altamira y Tito Bustillo) y posterior es la levantina (Cueva del Moro). También hay arte mueble que incluye todas las representaciones realizadas sorbre objetos transportables (hueso o piedra).
En el siguiente gran periodo de la Prehistoria: el Neolítico (Edad de la Piedra Nueva), la economía mejora con la introducción de la ganadería y la agricultura. Es interesante la cultura del Vaso Campaniforme (Ciempozuelos). Ya en el Calcolítico y anunciando la Edad de los Metales, tenemos todos lo monumentos megalíticos (Dolmen de Antequera, taulas de Baleares… )
1.2.- Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartesos.
Se denominan pueblos prerromanos a los pobladores que vivían en la Península Ibérica antes de la conquista romana (218 a C– 19 a C).
Tartessos fue un pueblo prerromano asentado en el Valle del Guadalquivir durante la primera mitad del primer milenio antes de Cristo. Destacó por su actividad minera y comercio de metales (estaño, oro y plata). En la segunda mitad, la Península Ibérica estaba dividida en dos culturas: la íbera y la celta. Los íberos estaban asentados en ciudades estado en el Levante y en el sur peninsular, conocían la escritura y el uso de la moneda. En el resto de la península destacan los celtas dedicados a actividades agrarias y aunque tuvieron un gran desarrollo metalúrgico no conocían la escritura. Con el tiempo ambas culturas se fusionarán en la celtíbera.
Las colonizaciones transcurren durante el primer milenio a.C. cuando llegan a las islas Baleares y a las costas mediterráneas los fenicios, los griegos y los cartagineses. Los fenicios fundaron factorías como Malaka o Gades, los griegos colonias como Emporion y los cartagineses fundaron Cartago Nova. Los cartagineses llegaron al principio para comerciar pero después quisieron conquistar la Península para aumentar su poder en el Mediterráneo. Esto provocaría la guerra con Roma (Guerras Púnicas) y sería el principio de su final. Los pueblos colonizadores introdujeron la escritura y la moneda, nuevos cultivos (olivo y vid), nuevas técnicas agrícolas y ganaderas, y su influencia en el arte y en el desarrollo urbano fueron importantes.
1.3.- Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural.
Las legiones romanas llegan a la península en el 218 a.C., con motivo de las Guerras Púnicas contra los cartaginenses (Escipión contra Aníbal). Fue una conquista larga que dividimos en tres fases. En la primera, Roma vence a Cartago y ocupa el litoral mediterráneo, que será la zona con una romanización más intensa y duradera. En la segunda, Roma ocupa la meseta central, luchando duramente con los pueblos autóctonos celtíberos (los lusitanos de Viriato o Numancia como ejemplo). Por último, ya a finales del siglo I a. C., el emperador Octavio Augusto conquistará la zona norte en las guerras cántabras, que finalizan con la llamada Pax Augusta.
La romanización es el proceso de aculturación por el cual las sociedades autóctonas de la P. Ibérica adoptan las instituciones, la cultura y la mentalidad de los conquistadores romanos. Este proceso se llevó a cabo gracias a sus comunicaciones, y su estructura urbana y administrativa.
El legado romano: Las aportaciones fundamentales de Roma fueron de índole económico (estrechas relaciones comerciales) y culturales: implantación del Derecho Romano y la ciudadanía; el latín, que sustituye a las lenguas prerromanas; las obras de ingeniería y arquitectónicas (acueducto de Segovia, calzadas, arcos, puentes como el de Alcántara o los de Mérida) la religión imperial (primero el paganismo y el culto al emperador y desde el s IV d.C con el edicto de Milán, el cristianismo), etc. Su legado será tan importante que incluso con la conquista visigoda su influencia pervivirá a través de las leyes, las instituciones o el arte.
1.4.- El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios.
Desde el siglo III, el Imperio Romano y su unidad política habían entrado en crisis debido a la paralización de las conquistas y a la debilidad de los emperadores. Empiezan a ser ya las autoridades locales (futura nobleza) las que gobiernen un mundo amenazado por los pueblos extranjeros (bárbaros) y donde la población se refugia cada vez más en el campo (ruralización y autoabastecimiento). A fines del siglo IV, el Imperio se dividió y la parte occidental sucumbió.
La Península Ibérica será invadida por suevos, vándalos y alanos. Finalmente, los visigodos (germanos) establecerán un reino con capital en Toledo (hasta la invasión musulmana del 711). La corona será electiva y débil, el poder lo tendrán los latifundistas (comes y duces) y los jefes militares (gardingos). Sin embargo, fue importante la labor de unifación política de Leovigildo y legislativa de Recesvinto (Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo).
La iglesia era la institución mejor organizada con intelectuales de la talla de San Isidoro de Sevilla, Así, los Concilios de Toledo serán la verdadera asamblea legislativa una vez superado el problema arriano con Recaredo. Se está gestando el modelo social feudal.
Bloque 2.- La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711 - 1474)
2.1.- Al Ándalus: la conquista de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba.
Al-Ándalus es el nombre que reciben los territorios de la Península Ibérica en poder musulmán durante la Edad Media. Su extensión y situación política varió profundamente durante sus ocho siglos de pervivencia.
La expansión del islam y la crisis del reino visigodo facilita la entrada de bereberes y árabes (Tariq y Muza) en el años 711. La conquista fue fácil (sólo resiste la zona cantábrica) gracias a los pactos de rendición de la población autóctona y se consolida pronto un Emirato Dependiente de Damasco (714-755) lleno de conflictos.
La llegada de Abderramán I, príncipe Omeya, arabiza la cultura y mejora la economía. Proclama un Emirato Independiente que dura del 756 al 929.
Con Abderramán III se inicia el Califato de Córdoba (929 – 1008), época de prosperidad y desarrollo cultural. Aunque los ambiciosos visires (Almanzor) debilitarán a los califas y AlÁndalus se dividirá en Taifas.
2.2.- Al-Ándalus: reinos de taifas. Reino nazarí.
El debilitamiento de los Omeyas, en manos de visires ambiciosos y las tensiones sociales (árabes, bereberes, eslavos…) provocan la fragmentación del Califato (1031) y el nacimiento de los Reinos de Taifas, culturalmente prósperos pero militarmente débiles. Asustados, estos reinos pedirán ayuda a los almorávides del norte de África cuando Alfonso VI de Castilla conquiste Toledo en el 1085. Pero en poco tiempo entraran en crisis y Al-Ándalus se volverá a fragmentar: Segundas Taifas.
Así un nuevo imperio norteafricano entra en la Península: son los almohades, religiosamente más intolerantes. La respuesta cristiana se dio en la Batalla de las Navas de Tolosa (1212).
Durante el siglo XIII y XIV sólo el Reino Nazarí de Granada resiste la ofensiva cristiana. Esta cae definitivamente en 1492 con los Reyes Católicos.
2.3.- Al Ándalus: economía, sociedad y cultura.
Al-Ándalus fue una sociedad urbana. En las ciudades se desarrollaba la artesanía (tejidos de seda, cuero, orfebrería, vidrio y cerámica). El comercio se realizaba en los zocos (mercados) de las ciudades. Además del comercio local, existía un comercio a larga distancia, con el resto del mundo islámico y terrestre con los reinos cristianos del norte. Al-Ándalus importaba esclavos, pieles y objetos de lujo (especias, maderas preciosas) y exportaba tejidos de seda y objetos de cuero. Había moneda de plata (dírham) y de oro (dinar). La agricultura tuvo gran desarrollo. A los cultivos tradicionales (cereal, olivo y vid – esta última redujo su importancia-) se añadieron nuevos cultivos introducidos por los musulmanes: arroz, cítricos, algodón y caña de azúcar. Se produjo un gran aumento de los regadíos (Levante y el V. del Ebro).
La sociedad andalusí se dividía en grupos religiosos y étnicos. La división fundamental era la religiosa: musulmanes y no musulmanes.
- Los no musulmanes: pagaban más impuestos, pero se les permitían la libre práctica de su religión. 2 minorías: los mozárabes (cristianos) y los judíos.
- Los musulmanes, la mayoría de la población, se dividían por su origen étnico en sirios (aristocracia), beréberes (ambos descendientes de los conquistadores) y muladíes, que eran el grupo más numeroso y estaba formado por los hispanos conversos al Islam.
La cultura en Al-Ándalus, como en toda sociedad musulmana, estuvo totalmente condicionada por la religión islámica. El árabe se impuso como lengua oficial, pero mozárabes y muladíes usaban también una lengua romance (derivada del latín). El momento de mayor esplendor cultural fue el califato (Córdoba, foco cultural, grandes intelectuales como Averroes y Maimónides) Al-Ándalus mantuvo un estrecho contacto con el resto del mundo musulmán, lo que le permitió participar en la amplia recuperación de la cultura clásica grecolatina antes que en Europa cristiana.
2.4.- Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación.
La Reconquista es el período de la historia de España en que los reinos cristianos ocuparon el territorio de Al-Ándalus. Se inició en el siglo VIII y acabó en 1492
Desde el siglo VIII surgen en las montañas del norte peninsular núcleos cristianos de resistencia contra Al-Ándalus: el Reino Astur-Leonés, que incluye el Condado de Castilla; el Condado de Aragón; y la Marca Hispánica en los Pirineos.
La Reconquista dura ocho siglos y se divide en cinco etapas:
-Hasta el siglo X el Reino Asturleonés se limita a defenderse y a ocupar las tierras deshabitadas hasta el Duero.
-En la segunda, el ahora Reino de Castilla llega al Tajo y Alfonso VI fija su capital en Toledo. Aragón llega al Ebro (Zaragoza, 1118).
- En la tercera (segunda mitad del siglo XII) surge el Reino de Portugal. Además y gracias a los pactos de Castilla y Aragón se reconquistan Cuenca y Teruel.
- La cuarta etapa es la más fructífera (siglos XIII y XIV) y los reyes castellanos Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio reducen Al-Ándalus al reino de Granada.
-Finalmente Granada es conquistada por los Reyes Católicos en 1492.
Las formas de repoblación fueron: presura; concejil; la protagonizada por las Órdenes Militares y el repartimiento que encabezaron las grandes familias nobiliarias.
2.5.- Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental.
Los reinos cristianos presentaban una estructura política parecida basada en la monarquía, las cortes y los municipios.
La organización social era la propia de una sociedad feudal (o estamental), dividida en órdenes o estamentos, a los que se accedía por nacimiento, sin ninguna posibilidad de ascenso social. Había un grupo dominante, formado por la nobleza (guerreros) y el clero (curas, monjes, obispos), que recibían los tributos (generalmente en especie) que les pagaban los campesinos. El otro estamento era el formado por los campesinos (la inmensa mayoría), algunos libres y otros siervos (no podían abandonar la tierra que trabajaban), sometidos a la autoridad de su señor feudal (que podía ser un noble, un monasterio o un obispo), a quien pagaban tributos y que administraba justicia. En principio, era una sociedad rural: la mayoría de la población vivía en pequeñas aldeas y había muy pocas ciudades y estas eran de pequeño tamaño.
Sin embargo, a partir del siglo XI, sobre todo en Cataluña y a lo largo del Camino de Santiago, se produjo un crecimiento de las ciudades: Muchos campesinos libres abandonaron el campo y marcharon a los nuevos burgos, donde se desarrolló la artesanía (fabricación de paños principalmente) y el comercio. En las ciudades surgió un nuevo grupo social, los burgueses, artesanos y comerciantes libres (no dependían de ningún señor feudal, sino directamente del rey). Las ciudades se autogobernaban (concejos), obteniendo de los reyes fueros, documentos en que se recogían los derechos y libertades de cada ciudad.
En el siglo XII surgieron las Cortes, asambleas convocadas por el rey con representantes de los tres estamentos: nobleza, clero y ciudades. Su principal función era aprobar nuevos tributos por lo que a los reyes les interesaba las ciudades, que eran quienes pagaban más tributos (nobleza y clero exentos).
2.6.- Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del reino de Navarra al final de la Edad Media.
En la Corona de Castilla hubo aumento del poder de los reyes a partir de Alfonso X el Sabio (mitad s. XIII). Surgieron nuevas instituciones políticas: El Consejo Real, órgano asesor del rey formado por nobles, eclesiásticos y juristas; la Audiencia o Chancillería, tribunal supremo con sede en Valladolid; y se organizó la Hacienda real. Para aumentar el control real sobre los concejos se estableció el sistema de regimientos y se creó la figura del corregidor (funcionario real que dirigía el concejo). La nobleza se resistió a este aumento del poder real, rebelándose en épocas de debilidad del poder real (minorías, conflictos sucesorios...). En 1369 Enrique II de Trastámara, con el apoyo de la nobleza, venció a Pedro I el Cruel y se proclamó rey. Con la nueva dinastía, la alta nobleza recibió grandes donaciones de tierras y rentas, aumentando su poder frente al poder real.
Una importante institución fueron las Cortes de Castilla, asamblea que reunía a nobles, eclesiásticos y representantes de las ciudades (procuradores), cuya principal misión era aprobar subsidios (nuevos impuestos) a la Corona, a cambio de exponer sus peticiones al rey. Durante el siglo XIV su importancia aumentó, pues las ciudades fueron el principal apoyo de los reyes frente a la nobleza, si bien nunca tuvieron el mismo poder que las Cortes de la Corona de Aragón donde el poder de los reyes era menor.
La Corona de Aragón: formada por la unión de tres reinos diferentes: Aragón, Cataluña y Valencia, cada uno con leyes e instituciones diferentes. La costosa política de expansión por el Mediterráneo hizo que los reyes dependieran de los impuestos, que debían ser aprobados por las Cortes, que aprovecharon la situación para obtener privilegios: en 1283 las Cortes de Aragón y las de Cataluña hicieron jurar a Pedro III el Privilegio General, que concedía grandes poderes a los nobles, incluidas las prácticas abusivas sobre los campesinos. Este modelo político se conoce como pactismo: los reyes debían negociar continuamente con las cortes y compartir el poder con ellas. En el siglo XIV las Cortes catalanas forzaron al rey a aceptar la existencia de una diputación permanente de las Cortes (Generalitat), un auténtico gobierno permanente de Cataluña, sistema que se extendió a los otros reinos.
El Reino de Navarra no tuvo apenas expansión territorial, llegando sólo hasta el Ebro. Sus reyes estuvieron muy vinculados a Francia.
Bloque 3. LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN MUNDIAL (1474-1700).
3.1.- Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno.
El matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (los Reyes Católicos, 1474-1516) significó la unión dinástica: dos reinos independientes (cada reino tenía sus propias leyes, Cortes, moneda, y fronteras) gobernados por unos mismos reyes.
Los Reyes Católicos son los iniciadores del Estado Moderno, con el sometimiento de la nobleza a la autoridad real. Para lograr esto, fue necesario un fortalecimiento de las instituciones de gobierno de Castilla, el reino hegemónico (más rico y poblado) y donde el poder real era mayor, ya que en la Corona de Aragón, en virtud de sus fueros y del control de las Cortes (pactismo), el poder del rey era escaso. Este fortalecimiento del poder real se realizó mediante la creación de nuevas instituciones de gobierno:
. Creación de un ejército profesional y permanente.
· Aumento de la recaudación de la Hacienda real, recuperando las rentas usurpadas por la nobleza.
· Creación del sistema de Consejos (órganos encargados del gobierno y la administración de sus áreas de competencia). El más importante era el Consejo de Castilla, y los de Aragón, Indias e Inquisición.
. Control sobre la Iglesia española: mediante una política regalista, que concedía a los reyes grandes atribuciones en temas eclesiásticos (derecho de presentación de obispos, Inquisición).
· Limitación del poder de las Cortes, reduciendo el número de ciudades con representación y convocándolas poco; también aumentó el control sobre las ciudades mediante la generalización de la figura del corregidor.
3.2. El significado de 1492. La Guerra de Granada y el Descubrimiento de América.
En 1492 se produjeron tresacontecimientos destacados:
- Conquista de Granada.Tras una larga guerra en 1492 se conquistó Granada.Los Reyes Católicos y Boabdilfirmaron las Capitulaciones de Santa Fe,que garantizaban a los musulmanes granadinos la práctica de su religión, si bien poco después se ordenó la conversión forzosa.
-Expulsión de los judíos: La unidad religiosa fue uno de los principales objetivos de los Reyes Católicos, poniendo fin a la coexistencia de las tres religiones (cristianos, judíos y musulmanes) característica de la Edad Media española. En 1492 se ordenó la conversión forzosa (o expulsión) de los judíos.Se marcharon unos 200.000, y otros 50.000 se convirtieron (conversos). Para vigilar y castigar a los falsos conversos se creó el Tribunal de la Inquisición.
-Descubrimiento de América. Cristóbal Colón, navegante de origen genovés, propuso el proyecto de hallar una nueva ruta a la India atravesando el Océano en dirección oeste. Rechazada por Portugal la propuesta de Colón (estaba basada en cálculos erróneos acerca de las dimensiones reales de la Tierra), éste la propuso a los Reyes Católicos, quienes aceptaron patrocinar la expedición. Las tres carabelas llegaron a la primera tierra americana (la isla de Guanahaní) el 12 de octubre de 1492. Posteriormente, Colón realizó otros tres viajes, explorando las islas del Caribe (Cuba, Santo Domingo, P. Rico y Jamaica). Colón nunca supo que había llegado a un nuevo continente, pues estaba convencido de que los nuevos territorios pertenecían a Asia (en España siempre se les denominó las Indias). Los descubrimientos obligaron a firmar un nuevo tratado con Portugal (Tratado de Tordesillas, 1494)estableciendo una nueva línea de demarcación entre las zonas portuguesa y castellana, que quedaba fijado mediante un meridiano.
3.3. El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos.
Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556) heredó enormes territorios de sus abuelos. De María de Borgoña (1515) Flandes, Artois, Luxemburgo y el Franco Condado; de Fernando el Católico (1516) Aragón y los territorios italianos; de Isabel (1516) el Reino de Castilla y los derechos sobre América y de Maxilimiano I (1519) los territorios austriacos y el título imperial de Sacro Imperio Germánico.
Su condición de extranjero favoreció en Castilla la revuelta de las Comunidades (1520-1522). Los comuneros (Padilla, Bravo y Maldonado) querían una mayor participación de los castellanos y de las cortes en el gobierno y la defensa de la industria textil. Paralelamente en Aragón debido a la crisis económica y la peste surgieron las Germanías donde artesanos, pequeña burguesía y campesinos pedían una mayor democratización de los cargos municipales y protección real frente a los abusos de las oligarquías locales. Ambas revueltas se sofocaron fortaleciendo el poder real.
Una vez coronado emperador, su política exterior se basó en la defensa del catolicismo y el mantenimiento de la hegemonía de los Habsburgos en Europa. Destaca la contención del avance de los turcos otomanos en el Mediterráneo y en el Danubio (Viena) y las guerras contra Francia en tierras italianas logrando hacia 1540 el Ducado de Milán (el rey de Francia, Francisco I, llegó a caer preso de Carlos I en la batalla de Pavía).
El mayor problema lo tuvo en el Sacro Imperio Germánico por la disputa de poder entre el emperador y los principes alemanes, que abrazaron la reforma protestante de Lutero. A pesar de la victoria de Carlos V, la nueva religión era un hecho y fue reconocida en la Paz de Augsburgo (1555). Al año siguiente abdicó Austria y el titulo imperial en su hermano Fernando y el resto de territorios en su hijo Felipe II.
3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevación en Europa.
Felipe II (1556-1598) mantuvo la política belicista de su padre situando la corte en España y construyó como símbolo de poder el Escorial. España siguió teniendo la hegemonía Europea.
Gobernó a través de los consejos territoriales y temáticos creando nuevos, siendo el único vinculo institucional común el Consejo de Estado. Para agilizar los trámites estaban los Secretarios Reales. Durante su reinado cogieron importancia los corregidores y los virreyes. Jurídicamente había Chancillerías y Audiencias.
Felipe II persiguió en el interior al protestantismo (Pragmática Sanción de 1558). En 1567 al prohibir la vestimenta o lengua de los moriscos provocó la revuelta de las Alpujarras (1568-1571) tras la cual los moriscos granadinos fueron deportados por todo el Reino de Castilla. Las Alteraciones de Aragón fueron un conflicto entre una monarquía pactista de herencia medieval y la autoritaria de los Habsburgos que acabó con el derecho real de elegir al Justicia Mayor de Aragón.
Otros problemas internos de Felipe II fueron: la muerte del heredero al trono (el principe Carlos) en extrañas circunstancias en 1568 y las intrigas y espionaje de su secretario Antonio Pérez con la Princesa de Éboli.
Su política exterior buscó defender la hegemonía y el catolicismo. Las guerras contra Francia se cerraron con la paz de Cateu-Cambresis (1559) consolidando el norte de Italia. El problema con los turcos comenzó a solucionarse tras la batalla de Lepanto (1571). En 1577 se llegó a un status quo. En 1580 Portugal es anexionado. Su primer gran fracaso fue el intento de invasión de Inglaterra (Armada Invencible, 1588). Pero el gran problema fue Flandes donde el norte Calvinista consiguió su independencia en el Edicto Perpetuo de 1.577. La Unión de Arras (1579) con el sur católico (actual Bélgica) estuvo a punto de someter al norte, pero estos lograron consolidar sus posiciones.
3.5.- Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos en España, Europa y América.
Cristóbal Colón llega a las Bahamas, financiado por la corona de Castilla, el 12 de octubre de 1492. El objetivo había sido cruzar el Atlántico para encontrar una nueva ruta a Asia: la Ruta de las Especias.
Colón muere creyendo haber llegado a Cipango (Japón) y sin ser consciente de que había descubierto un nuevo continente. Pero entre 1499 y 1503, los Reyes Católicos habían autorizado las llamadas expediciones menores, que completaron el conocimiento del Caribe y en 1513, Núñez de Balboa cruzó el itsmo de Panamá descubriendo el Océano Pacífico y afirmando el carácter continental de América.
Así, el proceso de exploración del Caribe se da por concluido hacia 1518 y a partir de ahí se plantean la expansión y conquista del continente americano. La primera etapa la lideró Hernán Cortés que derrota a los aztecas y funda Nueva España (actual México). La segunda etapa fue dirigida por Pizarro que conquista el Imperio Inca (actuales países de Perú, Ecuador y parte de Bolivia) En una tercera etapa se conquistan las actuales Texas, California, Florida, Chile, Argentina…
Hacia 1540 puede darse por concluida la conquista, y la visión del mundo es bastante completa después de la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano.
Los sistemas de explotación fueron: la encomienda, la mita, y la esclavitud.
El impacto de esta explotación sobre las poblaciones indígenas fue una hecatombe demográfica y ecológica que provocó un intenso debate moral y ético en la península (Ginés de Sepulveda contra Bartolomé de las Casas) y el inicio del Derecho Internacional.
Los descubrimientos cambiaron la visión del mundo conocido por los europeos, un aumento espectacular de los precios y el empobrecimiento de las clases populares.
3.6. Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640.
Se conocen como Austrias menores a los reinados de Felipe III (1598-1621) , Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700), ya que España pierde la hegemonía y conoce una grave crisis económica y demográfica. Estos reyes gobernaron mediante los validos, personas de total confianza del monarca.
El principal valido de Felipe III fue el Duque de Lerma. Basó la hegemonía en la Pax Hispánica (paz de Vervins con Francia y paz con Jacobo I o tregua de los 12 años) y destacó por la expulsión de los moriscos (1609 y 1610), una expulsión económicamente errónea.
El principal valido de Felipe IV fue el conde duque de Olivares que trajo un nuevo proyecto: la guerra como clave de la política internacional y centralización a nivel interior expandiendo las instituciones castellanas, (Gran Memorial, 1624) y creando una contribución común al ejército (Unión de Armas, 1626).
Esta centralización favoreció la crisis de 1640. En Cataluña al descontento del nuevo envió de soldados se unió el atropello de las tropas instaladas allí debido a la guerra con Francia y al fin del comercio con este país. El resultado fue que en 1640, Cataluña proclamó su independencia para pasar a ser territorio Francés hasta 1652.
También en 1640 y en Portugal, descontenta con la Unión de Armas, una conjura nobiliaria proclamó al duque de Braganza rey de Portugal. En 1668 España tuvo que reconocer su independencia al no poder doblegarla por la fuerza.
3.7. La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa.
Los objetivos exteriores de los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) fueron los mismos que los de sus predecesores, pero tuvieron que hacer frente a naciones más poderosas que acabaron con su hegemonía.
Aunque Felipe III (1598-1621) y su valido el Duque de Lerma basaron su política internacional en la Pax Hispánica se unieron a la Guerra de los 30 años a favor de Austria. Guerra que continuó Felipe IV (1621-1655) y su valido el ambicioso Conde-Duque de Olivares.
La guerra de 30 años (1618-1648) hay que enmarcarla en las guerras de religión, pero escondía la rivalidad política entre reinos, particularmente entre Francia y la casa de Habsburgo (Austria y España). El conflicto inicial entre el Emperador de Austria y los principados alemanes pronto se internacionalizó cuando el emperador recibió el apoyo de Felipe III de España.
La guerra se inicia con victorias españolas (Breda), pero la entrada en la guerra de Francia desde 1636 cambio el rumbo. La Paz de Westfalia (1648) supuso el reconocimiento español de la independencia de las Provincias Unidas. Sin embargo, la guerra entre España y Francia continuaría hasta la Paz de los Pirineos en 1659 en la que España pierde el Rosellón, la Cerdaña y plazas fuertes en Flandes y Luxemburgo (Metz, Toul y Verdún)
Esta paz fue la confirmación de la caída hispánica y el ascenso francés.
3.8.- Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias.
La defensa de la fe y el imperio cristiano que caracterizó la política de los Habsburgo en el siglo XVII, tuvo consecuencias negativas para la demografía y economía peninsulares.
En 1609, Felipe III decreta la expulsión de los moriscos por el temor de que se aliasen con los turcos o los franceses. Ello supuso el abandono de tierras y cultivos, especialmente en el sur y este peninsulares. La magnitud de la catastrofe fue tal que incluso la nobleza protestó pues suponía la caída de sus rentas. Además, los moriscos controlaban la industria de la seda.
Las malas cosechas ayudaran a la proliferación de epidemias (pestes de 1598 a 1602) lo que, sumado a las guerras, provocó que la población española descendiese de 8,5 millones en 1600 a 7 millones en 1700.
La producción y exportación de la lana (la poderosa Mesta) también se vio afectada por la guerra contra Holanda e Inglaterra (la cabaña ganadera bajó de 3 a 2 millones de cabezas).
La artesanía estaba afectada por el atraso tecnológico y la dependencia de productos extranjeros; el comercio interior por el gran número de aduanas, la piratería, la inflación y la penetración de comerciantes extranjeros.
La sociedad sigue siendo estamental y aunque la población urbana creció, la burguesía era débil y sin mentalidad empresarial, y los mendigos y pícaros inundaban las ciudades.
3.9.- Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y el problema sucesorio.
El reinado deCarlos II se caracterizó por la pérdida total del prestigio internacional de España y una notable sensación de desgobierno en el interior, complicada con la lucha entre facciones nobiliarias para lograr el valimiento. Su principal valido fue D. Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV.
Murió sin sucesor directo en 1700, dando fin a la dinastía Habsburgo en España. De los dos familiares lejanos que aspiraban a la sucesión, inicialmente fue designado José Fernando de Baviera, que era el candidato que menos incomodaba a las grandes potencias europeas (Francia, Inglaterra, Holanda y el imperio), que a espaldas de España realizaron dos Tratados de Partición, en virtud de los cuales se repartían los territorios de la corona española en Europa. Pero la muerte de José Fernando de Baviera en 1699, Dejó tan sólo a dos candidatos: Felipe de Anjou (francés, nieto de Luis XIV) y Carlos de Habsburgo (Hijo del emperador). Carlos II designó heredero al francés, que a la muerte de Carlos II en 1700 fue proclamado rey como Felipe V, iniciándose la dinastía de Borbón en España. Sin embargo, el archiduque Carlos no aceptó la situación, proclamándose rey con el apoyo de la Corona de Aragón, lo que dio inicio a la Guerra de Sucesión (1701-1715), un gran conflicto tanto civil (Corona de Castilla, que apoyaba a Felipe, contra Corona de Aragón, que poyaba a Carlos) como internacional, enfrentándose Francia contra el Imperio, Inglaterra y Holanda, que temían la hegemonía de las coronas de Francia y España aliadas.
BLOQUE 4.- ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS PRIMEROS BORBONES (1700 - 1788).
4.1.- La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.
España inaugura el siglo XVIII con una nueva dinastía: los Borbones. El primer rey Borbón fue Felipe V, era nieto de Luis XIV de Francia y llega al trono español tras vencer en la Guerra de Sucesión (1702-1714) contra el candidato austriaco.
En el Tratado de Utrecht (1713), Inglaterra acepta la nueva dinastía borbónica a cambio de retener Gibraltar y Menorca y de privilegios en América que rompían el monopolio español: el asiento de negros y el navio de permiso.
La guerra se prolongó en Cataluña hasta 1714 porque, celosa de sus fueros, optó por resistir.
Con Felipe V se firma en 1733 el Primer Pacto de Familia con Francia y contra Inglaterra: se conquista Nápoles y Sicilia para el hijo del rey (futuro Carlos III). Diez años después, en 1743, se firma el Segundo Pacto de Familia y se consiguen Parma y Piacenza para otro hijo de Felipe V, el príncipe Felipe. A pesar de estos dos pactos no se recupera Gibraltar.
Con Fernando VI hay una diplomacia pacífica pero con Carlos III se firma un Tercer Pacto de Familia que resultó un fracaso: España pierde Florida.
El reinado de Carlos IV (1788-1808), a caballo entre el siglo XVIII y XIX, se centra en evitar que las ideas de la Revolución Francesa se difundan por España.
4.2.- La Nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas.
Con la monarquía autoritaria de los Austrias de los siglos XVI y XVII, la Corona de Aragón, Navarra y País Vasco habían conservado sus Cortes y fueros. Sin embargo, el absolutismo borbónico del siglo XVIII va a imponer un modelo uniformizador y centralista.
Con los Decretos de Nueva Planta, la Corona de Aragón (que incluía Valencia, Cataluña y Mallorca) pierde sus instituciones y fueros y todo el territorio queda unificado según el modelo de Castilla.
Las provincias vascas y Navarra conservaron sus fueros por el apoyo prestado a Felipe V en la Guerra de Sucesión.
La centralización administrativa se completó con la división provincial y con el nombramiento de capitanes generales y de funcionarios dependientes del rey, los intendentes, en cada una de ellas. Se mantienen los corregidores y las Audiencias de justicia.
Otra de las novedades será la pérdida de importancia de los Consejos (excepto el de Castilla) en favor de los Secretarios de despacho, con funciones ministeriales (Hacienda, Guerra, Marina, Justicia,Indias,Estado).
En América la reorganización administrativa fue profunda, ampliando el número de virreinatos con la creación del de Nueva Granada (Colombia) y el del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. El mayor control de la corona sobre las colonias chocará con los criollos, que se sentirán desplazados del poder político por los funcionarios peninsulares.
Otras importantes reformas limitarán los privilegios de la Mesta o los gremios, liberalizando la circulación de mercancías y haciendo honorable el desempeño de cualquier oficio. Del mismo modo la extensión de la cultura será un referente del siglo XVIII.
Con la reforma fiscal se quiso racionalizar el sistema y aumentar las fuentes de ingresos del estado. Con Carlos III aparecerán los vales reales, títulos de deuda pública con los que se intentó hacer frente al enorme déficit provocado por la política belicista de la Monarquía (recuperación de los territorios de Utrecht y Pactos de familia).
4.3.- La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despeque económico de Cataluña.
Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788) realizaron durante su reinado reformas económicas.
El mayor problema agrícola eran las tierras en manos muertas. Por ello, Carlos III intentó repartir tierras comunales entre los campesinos. Otras medidas modernizadoras de la agricultura fueron la reducción de los privilegios de la mesta, la liberalización del precio del trigo o la colonización de nuevas tierras.
En la industria destacan las Reales Fábricas, las primeras datan de tiempos de Felipe V, y el fin del monopolio de los gremios en 1772.
Otras medidas importantes fueron la red vial de Fernando VI o la creación de las Sociedad Amigas del País para impulsar la economía local.
En América se intentó convertir su economía en complementaria de la metrópoli. El comercio con América fue liberalizándose. Antes de Carlos III se había concedido la libertad comercial a determinadas compañías, en 1765 se liberalizaron un total de nueve puertos españoles y en 1778 se implantó la libertad de comercio.
En la Corona de Aragón se impuso un nuevo sistema tributario mediante una cuota fija a repartir entre sus habitantes (Felipe V). Carlos III aumentó los impuestos indirectos e hizo monopolios (tabaco), creó la lotería y el Banco de San Carlos.
Durante el siglo XVIII se apostó por el proteccionismo con la intención de crear un mercado nacional. Cataluña fue la gran beneficiada de los cambios pues consiguió conquistar el mercado nacional y que sus indianas entrasen en América, logrando reunir capitales para abordar la Revolución Industrial en la centuria siguiente.
4.4.- Ideas Fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III.
La Ilustración es un movimiento cultural e intelectual propio de la Europa del XVIII que prioriza el uso de la razón, el espíritu crítico y la ciencia para disipar las tinieblas de la ignorancia mediante las luces del conocimiento y la fe en el progreso. La búsqueda de la felicidad, la utilidad y el pragmatismo, la eficacia de la actividad económica y una educación moderna serían sus principales objetivos.
El gobierno de Carlos III (1759-1788) ha identificado con el Despotismo Ilustrado que, partiendo del Estado Absoluto, hace hincapié en el papel del gobernante como benefactor de su pueblo y como impulsor de las reformas necesarias para el progreso: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Así el Despotismo Ilustrado es un intento de conciliar el Antiguo Régimen con las ideas ilustradas.
La Ilustración española fue más bien moderada en su alcance ya que la influencia del clero en la enseñanza condicionó la actividad de la minoría ilustrada y la vigilancia de la Inquisición la difusión de las nuevas ideas.
Iniciativas más importantes:
-Fundación de Academias e instituciones de carácter cultural y científico.
-Creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
-La prensa comienza a tener gran importancia pese al analfabetismo que se intenta combatir.
-En el arte destacan los arquitectos Ventura Rodríguez, Sabatini y Villanueva, y el pintura Francisco de Goya.
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