lunes, 6 de abril de 2020

Njinga Mbande, reina de Angola que luchó contra la colonización europea en el siglo XVII


Njinga Mbande, también conocida como Ginga, Nzinga o Anna de Sousa, fue reina de Angola durante más de 40 años y su historia ejemplifica la conquista del continente africano por los europeos durante los siglos XVI y XVII; la oposición de los africanos y africanas al dominio foráneo; y el papel activo de las mujeres oponiéndose a la conquista y a la sumisión.


Museo del Hombre de París
Foto: Isabel del Río ©
Njinga Mbande (1583 – 1663) era hija del rey Mbandi Ngola Kiluanji; es decir su dinastía era la Ngola (Angola) y ésta es la palabra con la que los portugueses denominaron a los territorios del sudoeste de África que pretendían expoliar. Llegaron en 1575 en busca de oro y plata y desde el principio, se encontraron con la férrea oposición de la dinastía Ngola*: primero del padre de Njinga, y después de su hermano y de ella misma.

Las sociedad Mbundu, a la que pertenecía Njinga, siempre ha sido matrilineal, ellas heredan la tierra y organizan las aldeas y, como podemos constatar en el caso de Njinga, también luchaban, codo con codo, en el ejército. Así, la futura reina de Angola ya gozaba de gran prestigio militar en vida de su padre y junto a él había luchado contra el vecino pueblo Bakongo por conflictos territoriales y contra Portugal por el control del comercio de la región. Además también había demostrado ser una hábil diplomática, conocedora de las costumbres e idiomas europeos que había aprendido con misioneros.

Cuando el rey Mbandi Ngola Kiluangi murió en 1617 se desató la lucha por la sucesión entre sus dos hijos. Ngola Mbandi, hermano de Njinga, se hizo momentáneamente con el poder e incluso ejecutó al hijo de Njinga, pero sus apoyos eran débiles y más cuando los portugueses empezaron a infringir derrotas a su ejército. Asustado, llamó a su hermana para negociar un tratado con Portugal.

La hábil princesa consiguió que los portugueses se retiraran de los dominios familiares (Ndongo) y reconocieran su soberanía. A cambio, ella acepto abrir rutas comerciales con Portugal y bautizarse con el nombre de Anna de Sousa. Pero este valioso tratado se incumplió pronto por ambas partes: los portugueses capturando esclavos que llevaban a sus plantaciones de Brasil y Njinga conspirando con los holandeses para formar un ejercito conjunto y derrotar a los lusitanos, cosa que ocurriría en Ngoleme y en Massangano años después.

Njinga tenía cada vez más partidarios entre la aristocracia de Ndongo, la guerra con Portugal proseguía y era evidente que su hermano era poco competente. En 1624, murió en extrañas circunstancias y ella asumió el control como regente de su sobrino Kaza, pero dos años después ya se hace llamar “Reina de Andongo”.

En 1647, los portugueses ocuparon Luanda, la capital, y Njinga se retiró a Matamba, reino vecino donde se hizo dueña de la situación capturando y haciendo prisionera a la también reina Mwongo Matamba. Desde aquí, Njinga continuaría resistiendo a Portugal durante más de dos décadas.
Como reina indiscutida, Njinga organizo el ejército y la defensa: trincheras, cuevas ocultas, tácticas guerrilleras, moderna intendencia… Pero también se preocupó de ganar prestigió y por un decreto estableció que su reino sería un refugio seguro para los esclavos que huían de los europeos.

En 1657, un nuevo tratado ratificado en Lisboa por el rey Pedro VI, devolvía los reinos Ndongo y Matamba a Njinga. Ahora se dedicó a la administración de ambos territorios: reorganizó la agricultura y el reparto de tierras; promovió la natalidad y la inmigración desde otros reinos vecinos; y convirtió a Angola en el enclave comercial más importante del Atlántico Occidental en África.

Njinga murió con más de ochenta años pacíficamente en Matamba. Superó traiciones e intentos de asesinato y creó una leyenda que llegó a Europa. Así, grandes crueldades y excesos sexuales se contaban sobre ella, unos excesos de los que se hizo eco hasta el propio Marqués de Sade en “La Filosofía del Tocador”.

Sin embargo, lo que sí es cierto es que las mujeres gobernaron Angola en el siglo siguiente y participaron activamente en todos los campos de la economía y cultura; y que la colonización de Matamba no se pudo completar hasta finales del siglo XIX.

*Ngola es también el término que designa a la persona que porta la corona real.

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Purea y Njinga - CC by-nc-sa 4.0 - María Isabel del Río Esteban

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