domingo, 5 de abril de 2020

Una mujer introdujo en Europa el primer tratamiento contra la malaria o paludismo


Chinchón es un bello pueblo de la provincia de Madrid. Atesora arte y anís y el cine lo ha hecho famoso gracias a su bella plaza. Pero si caminamos, despacio, por sus calles empinadas encontraremos una estatua a la memoria de su Condesa, una mujer interesante desde un punto de vista científico y humano.


Chinchón rinde homenaje a su Condesa
Foto: Isabel del Río ©
Era el siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV de España, cuando Francisca Henríquez de Rivera viajó a la América española para acompañar a su marido, don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, IV Conde de Chinchón y Virrey de Perú. Era una mujer culta, se sabe que aficionada a la poesía, y curiosa. En lugar de permanecer invisible en su palacio de cristal, visitaba la región y aprendía de aquella nueva sociedad. En un viaje por los valles costeros peruanos, enfermó. Las fiebres eran altas y los tradicionales remedios castellanos que la aplicaban no efectuaban mejora alguna.

El corregidor de Loja, Juan López de Cañizares, informó al médico de palacio, doctor Juan de la Vega, que los nativos curaban las fiebres tercianas con un remedio elaborado con la cascarilla de la corteza de la quina. El médico dudo un tiempo en tratar a su ilustre enferma con aquellos “polvos”. Pero el estado de la Virreina se agravaba por momentos y ella, mujer valiente y sin prejuicios, exigió tomar la nueva medicina. Pronto empezó a mejorar.

La Condesa de Chinchón era también generosa y decidió difundir aquella cascarilla (así la llamaban) por todo el Imperio Español. Pronto la corteza del árbol de la quina entraba por el puerto de Sevilla de la mano de los jesuitas y la corona organizaba su renta. Europa se beneficiaría durante siglos de las propiedades antipiréticas, analgésicas y antipalúdicas de este alcaloide blanco y cristalino.

En honor a la Condesa, el gran naturalista Carl Linneo bautizó a esta especie del género de las Rubiáceas: Cinchona. Las principales especies son la Cinchona succirubra (quina roja), Cinchona officinalis, Cinchona calisaya (quina amarilla) y Cinchona ledgeriana.

En el herbario del Real Jardín Botánico CSIC de Madrid está catalogado el primer ejemplar que trajeron a España. El “tipo” es un pliego en dos dimensiones y con los datos del día de su recogida.

En definitiva, el siglo de Oro Español se va llenando, poco a poco, de nombres femeninos.

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Mujeres que han contribuido al desarrollo de la cultura y la ciencia - CC by-nc-sa 4.0 - María Isabel del Río Esteban

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